sábado, 31 de julio de 2010

Detalles, Días Raros y Ordinarios...


Hoy en mi vida es un día tan raro como ordinario, me levante tarde como todos lo fines de semana, por supuesto sin ganas de hacer nada y con muchas cosas en mente. Como es costumbre mi celular me anuncia que han entrado seis mensajes, remitente, una persona que se muere de ganas por darme los buenos días, para no variar yo me encuentro más cerca de los brazos de Morfeo, que de la puerta del garaje de mi casa donde se encuentra mi carro esperando que le dedique un poco de tiempo a su cuidado, pero así con los ojos entre cerrados, encuentro el teléfono y como puedo busco un número, sí exactamente, mi corazón me dice que debo devolver la llamada a esa persona que tuvo la molestia de convertirse en mi despertador, y no porque eso sea un trabajo muy bien remunerado, es porque esa personita ansía escuchar mi voz antes de empezar cualquier actividad, y no porque mi voz sea muy agradable al teléfono, mucho menos cuando estoy adormitado, sino porque es hermoso comenzar el día con un te amo, y a mi me encanta decirle a Mi Princesa que la amo por las mañanas, bueno también por las tardes y por las noches y a toda hora...

Luego del romántico ritual me levanto más obligado por el sermón que siempre reza mi papá, de que el tiempo dormido es tiempo perdido, que por mis propias ganas de hacerlo, me doy un baño y creo que estoy listo para hacer de mi día de descanso algo productivo, bueno, eso es lo que imagino hacer. Resulta que no todo se hace tal cual se encuentra descrito en el plan de vuelo, sobre todo si es en un día en la vida de este sentimental, desordenado, desequilibrado, loco, enamorado, iniciador y a veces desesperado, mi corazón siente algo que no puede explicar, y es talvez la resaca de una borrachera absurda del licor de la mentira, de veintitrés años de añejamiento, del que tome unos tragos ayer (el día anterior al día raro y ordinario), los cuales sirvieron para hacer pasaderos una serie de pensamientos un poco absurdos que por mi mente pasaron, que me sacaron de mi realidad, esa realidad hermosa que vivo hoy, en donde una de las principales protagonistas es aquel precioso despertador con vos de princesa de cuento de hadas que por la mañana me hizo escuchar las primeras melodías de un día lleno de luz cortesía del Supremo Creador, y que al final esa resaca me llevo a buscar la cura en una sopa de letras, sazonada con libertad y unos toques de esperanza, letras que me llevan a otro mundo donde encuentro esos pequeños detalles que me hacen saber de nuevo lo bello del mundo de verdad en el que vivo, junto con el despertador con voz de princesa, los sermones de mi papá y otras muchas cosas con las que convivo todos los días, hasta en los que son más normales que éste que vivo hoy.

Bueno pues después de encontrar mi cura, me sentí un poco mejor como para ir a correr como loco detrás de una pelota, y es que hoy tuve partido, eso que los hombre hacemos para desestresarnos y a veces a las mujeres les desagrada, lo cual no es el caso de Mi Princesa porque a ella le encanta verme correr detrás de la pelota, aunque literalmente sea eso lo que haga, porque creo que Dios me dio mas dotes de escritor que de deportista pero bueno, lo importante es que hoy ganamos, y eso es bueno, sobre todo en este día, que fue raro y ordinario, con cosas normales y anormales, ya que puedo decir que termine con más de una victoria (la cura de mi resaca y el partido) y aunque no haya estado hoy presente mi porrista preferida, que es algo muy raro pues casi siempre me acompaña, jugué bien y eso me hace sentir que con el tiempo crecen mis dotes de deportista, así como trato de crecer como prospecto de escritor. Ahora si, término el día con otra exquisita sopa de letras, y con una excelente dosis del mejor somnífero, la voz de Mi Princesa, y no porque me aburra al punto de dormirme, sino porque tal como lo hizo en la mañana me quiere decir que me ama y escucharme decirle que la amo, así que mientras la arrulla el sonido de un teclado que no para, yo concluyó estas líneas que me hacen creer que la existencia sea mejor si le ponemos esos pequeños detalles un te amo por la mañana, otro por la noche, un sermón que nos recuerde que hay alguien que aunque canse siempre tiene la razón, los esfuerzos que hacemos en algo que no es lo nuestro, y hasta las curas que encontramos para las resacas del corazón, y sobre todo vivir cada día como si fuera el último, aunque éste sea tan raro como ordinario.

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